Si te encanta el sabor ligero de la cebolla en platos calientes de verduras, pero no soportas su olor penetrante y no quieres mancharte las manos, aquí tienes un truco estupendo para transferir su delicioso sabor a un plato sin entrar en contacto con el ajo. Lo leí en una columna de mi cocinera favorita, Gaelia Delerins (habla de las espinacas para lasaña): «Lava las hojas frescas, sécalas y retira los tallos duros de las hojas más grandes. A continuación, calentar aceite vegetal en una sartén de fondo grueso, picar un diente de ajo pelado con un tenedor y añadir las espinacas a la sartén. Remueva las espinacas con este diente de ajo, una forma estupenda de dar al plato un ligero sabor a ajo sin tener que picarlo…. Una cosa son los trozos de ajo tangibles, aunque pequeños, y otra su presencia virtual. Por cierto, una forma rápida y sencilla de eliminar el olor de las cebollas una vez picadas es frotarlas con zumo de limón. El olor desaparece al instante.